Lo no dicho

La palabra es el principal vehículo para la comunicación interpersonal, pero no siempre es fácil decir lo que pensamos o sentimos. Por lo tanto muchas veces optamos por callar, sin darnos cuenta que aquello que no expresamos nos va minando por dentro, produciendo en nosotros enfermedades o actos autoagresivos que son la manifestación de “lo no dicho”.

Aprender a identificar lo que nos esta sucediendo es el primer paso para empezar a modificar un circulo vicioso, que no solo nos perjudica a nosotros mismos, sino también puede llegar a deteriorar las bases de nuestras relaciones, socavando vínculos de afecto que realmente nos importan.

Está claro que entender lo que nos sucede no alcanza por sí solo para poder modificar un comportamiento que hemos aprendido por años. Pero sí es un primer paso, que nos acercará un poco más, a darnos cuenta, que no nos estamos priorizando o validando en nuestro sentir.

Frases que posiblemente hemos escuchado en forma recurrente, como por ejemplo: “mejor cállate”, “no digas nada que si hablas vas a salir mal parado”, “de eso no se habla” … solo nos aleja cada vez más, de la posibilidad de expresar aquello que nos asfixia por dentro.

Comenzar está tarea de transformación, para poder expresar aquello que deseamos no es tarea sencilla. Pero, si intentamos paulatinamente,   decir lo que pensamos, sentimos o necesitamos, será una manera de transitar nuevas maneras que redundarán tanto en beneficio de nuestra salud emocional como física.

Comenzaremos a sentirnos mejor con nosotros mismos, abriéndonos a la posibilidad de hacer valer nuestro sentir, nuestro derecho a decir “no” y a decir “si”, a expresar lo que nos agrada y lo que nos desagrada, lo que queremos y no.

Aprendiendo de a poco a compartir nuestras opiniones, necesidades y sentimientos, haciendo foco en lo que decimos, como lo decimos y para que lo decimos, con el propósito de ,  cuidar nuestro vínculo con el entorno y en consecuencia el vínculo con nosotros mismos.

Con la seguridad que, desde este lugar, habremos  comenzado un  camino que nos permitirá,  elegir que hacer y que decir en libertad, independientemente de los condicionamientos adquiridos con anterioridad.

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